
Pues bien, Vicente, en uno de sus Speech, habló de "los tiburones blancos", a los que definía como personas sin piedad, personas que sólo deseaban alcanzar el éxito, personas bien formadas, pero que descuidaban la humildad que toda persona debería recordar, eran los hombres y mujeres de negocios que por donde pasaban arrasaban.
Después de unos años me he dado cuenta que esta especie existe, y como decía Vicente, hay que tener mucho cuidado con ellos, porque con tal de alcanzar el poder, el éxito o subir un simple peldaño en una organización, son capaces de hundir al rival, compañero o familiar. Y como he dicho desde un principio en este post, hay que tener siempre presente esa humildad que siempre he visto en mi Padre y en Vicente, y no olvidarla nunca, por mucho puesto, traje, corbata, portátil, coche, reloj o pluma que llevemos; ambos dos creo que han llegado donde han querido y siempre con HUMILDAD y dejando atrás la soberbia que no nos deja recordar de donde venimos y a donde vamos.
¡Yo no quiero ser un tiburón Blanco!
Un saludo, Phoenix.
1 comment:
espero no serlo yo tampoco jamas¡¡¡
muchas gracias por recordarnoslo, phoenix¡¡¡¡
un saludo
jaime
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