
Esta gente sabe lo importante que son los clientes y no pierden ni un minuto en adaptarse a ellos, por eso la tarde de nochevieja cerraron, ya que la gran mayoría de la gente se queda en sus casas esperando la gran cena, pero por la noche suelen salir, y que mejor que acostarse después de tomar un cocolate caliente con churros, pues muy bien el establecimiento estaba esa mañana lleno hasta la bandera.
Esto también es marketing del sencillo, económico y de gran éxito.
Un saludo, Phoenix.
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